Promenade Des Sources, 64600 Anglet
En la costa vasca, entre Biarritz y Bayona, el club Belambra La Chambre d'Amour se integra perfectamente en el paisaje marítimo, ofreciendo una experiencia única a quienes eligen hospedarse allí. Frente al océano, el rocío marino y el romper de las olas acompañan cada momento, desde el amanecer, cuando las primeras luces colorean el horizonte, hasta el atardecer, cuando el faro de Biarritz se ilumina. Este escenario excepcional enmarca un club vacacional diseñado para el descanso y la convivencia, donde el placer del mar y los descubrimientos se combinan con momentos de confort.
La arquitectura del edificio, que evoca la silueta de un transatlántico, remite inmediatamente al viaje y la evasión. Con sus 210 habitaciones, este lugar se adapta a los deseos de cada uno, ya sea una estancia en pareja, en familia o con amigos. Se ofrecen varias categorías, con espacios renovados y servicios modernos, mientras que algunas habitaciones brindan una vista impresionante del Atlántico. Cada detalle ha sido pensado para aportar confort y serenidad, desde el mobiliario hasta la ropa de cama, pasando por los equipamientos indispensables para una estancia agradable.
En este entorno privilegiado, los días se organizan según los deseos de cada uno. El club propone una amplia gama de actividades para pequeños y grandes. Mientras algunos prefieren instalarse junto al mar, otros encuentran su felicidad en las instalaciones deportivas o las animaciones ofrecidas durante toda la jornada. La piscina exterior de agua de mar permite refrescarse frente al horizonte, mientras que los aficionados al deporte tienen acceso a sesiones de fitness, aquagym o incluso torneos amistosos.
Las familias apreciarán particularmente los clubes infantiles que reciben a los más pequeños desde los cuatro meses hasta los 17 años durante las vacaciones escolares. Juegos, descubrimientos y encuentros marcan sus días bajo la supervisión de un equipo dedicado, permitiendo así a los padres disfrutar de momentos de relajación con total tranquilidad. También se han acondicionado áreas de juego para que cada uno encuentre su espacio de diversión.
En cuanto a la restauración, la promesa de un viaje gustativo acompaña cada comida. El restaurante principal, abierto para el desayuno, el almuerzo y la cena, destaca una cocina variada en forma de bufés gourmet. En un entorno luminoso con una vista despejada del océano, los platos se degustan con total relajación, con especial cuidado en la diversidad de los menús y la calidad de los productos. En los días soleados, la terraza invita a disfrutar de una comida al aire libre, mecida por la brisa marina.
El bar lounge, adornado con un patio, se convierte en el punto de encuentro de las tardes y noches, donde es agradable reunirse alrededor de una bebida. Durante el verano, el bar de playa ofrece un ambiente más festivo, con una carta de tapas inspirada en las especialidades vascas y una selección de vinos locales que completan la experiencia. Entre amigos o en familia, estos momentos de convivencia añaden un toque cálido a la estancia.
La ubicación privilegiada del establecimiento ofrece numerosas posibilidades de excursiones. A pocos minutos, Biarritz seduce con sus playas, su viejo puerto y su famoso Rocher de la Vierge. Bayona invita a pasear por sus animadas calles, entre fachadas coloridas y mercados gourmet. Más al sur, Saint-Jean-de-Luz revela su encanto auténtico, mientras que los pueblos vascos como Espelette o Ainhoa ofrecen una visión del rico patrimonio regional.
Los aficionados a las emociones encuentran aquí un verdadero terreno de juego. El surf está omnipresente en la costa, con varias escuelas y lugares accesibles tanto para principiantes como para expertos. Tampoco faltan los campos de golf, con varios greens de renombre en las cercanías. Para una inmersión en la naturaleza, los senderos costeros y las pistas para bicicletas permiten recorrer el litoral y descubrir la diversidad de los paisajes.
A unos pasos del hotel, un paseo acondicionado conecta varias playas, ofreciendo una vista impresionante del océano y del faro de Biarritz. Más allá, el bosque de Chiberta ofrece un entorno verde para un paseo a pie o en bicicleta. El aire marino acompaña cada salida, aportando esa sensación de libertad propia de la región.
Los amantes de la gastronomía no se quedarán atrás, ya que la cocina vasca se revela a través de numerosas direcciones imprescindibles. A pocos minutos, varios restaurantes proponen especialidades locales donde el pescado y los productos del terruño ocupan un lugar destacado. Los pintxos, versión vasca de las tapas, se degustan en un ambiente acogedor, y los mercados están llenos de sabores por descubrir.
Para enriquecer aún más la estancia, actividades culturales y festivas animan regularmente la región. Conciertos, festivales y fiestas tradicionales ofrecen la oportunidad de sumergirse en el ambiente local y apreciar la fuerte identidad del País Vasco. Anglet, Biarritz y Bayona compiten en eventos a lo largo del año, haciendo que cada visita sea única.
Alojarse aquí es disfrutar de un entorno donde el azul del Atlántico se extiende hasta donde alcanza la vista, donde los días transcurren entre descanso, deporte y descubrimientos, y donde cada instante se saborea plenamente. La acogida, los servicios y la ubicación hacen de este lugar un destino ideal para una escapada junto al océano, con la promesa de una estancia marcada por la suavidad de vivir y el placer de los momentos compartidos.
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