46 Avenue De Montbrun, 64600 Anglet
A pocos pasos del bosque de Chiberta y a corta distancia de las playas, el hotel Fine con su auténtico encanto ofrece una experiencia a la vez simple y acogedora. Aquí, todo está pensado para que te sientas libre de disfrutar de tu estancia a tu ritmo, ya seas amante del surf, entusiasta de los paseos en plena naturaleza o busques momentos agradables alrededor de una buena mesa. Su atmósfera, que mezcla un espíritu vintage con toques contemporáneos, lo convierte en un lugar único donde uno se siente inmediatamente a gusto.
Detrás de este establecimiento, una historia familiar y un saber hacer artesanal insuflan un alma especial al lugar. Las diez habitaciones recién renovadas ofrecen un entorno agradable para descansar después de un día explorando los alrededores. Según tus necesidades, hay varias categorías disponibles: estándar, confort, twin o familiar, todas equipadas con ropa de cama cuidada, televisión de pantalla plana y un espacio de almacenamiento funcional. El baño privado, con ducha y WC, garantiza tu privacidad y confort.
El hotel apuesta por una accesibilidad sin restricciones. Gracias a un check-in autónomo disponible las 24 horas, puedes llegar a la hora que más te convenga. La conexión Wi-Fi gratuita te permite mantenerte conectado, ya sea para planificar tu itinerario o compartir tus descubrimientos. Si vienes en coche, hay estacionamiento gratuito disponible cerca. Y para quienes prefieren desplazarse de otra forma, las ciclovías y líneas de autobús pasan a pocos pasos del establecimiento, ofreciendo un fácil acceso a las ciudades vecinas de Bayona y Biarritz.
Por la mañana, el día comienza con un desayuno casero, servido desde las 8:30. Cruasanes dorados, pan crujiente, zumos de frutas frescas y bebidas calientes componen este momento delicioso que se puede disfrutar en la sala o en la terraza, a la sombra de los grandes ventanales. El hotel también es apreciado por su bistró, una verdadera institución del barrio, donde el ambiente es acogedor y atemporal. Su decoración auténtica, con su suelo de baldosas de época y su mobiliario antiguo, crea un entorno propicio para pausas gastronómicas y encuentros entre clientes habituales y viajeros de paso.
En la cocina, el chef reinventa con creatividad la cocina francesa priorizando productos frescos y locales. Al mediodía, terrinas y rillettes caseras abren el menú, seguidas de platos guisados, pescados del mercado o especialidades regionales. Los viernes por la noche, el ambiente se transforma con una selección de vinos, platos para compartir y una banda sonora cuidadosamente elegida para prolongar la velada con suavidad.
Ya sea que estés de escapada en la costa vasca o en un viaje de negocios, el hotel ofrece un entorno tan agradable como funcional. Un espacio de trabajo con tomas USB está disponible para quienes desean avanzar en sus proyectos mientras disfrutan de un ambiente relajado. Por la noche, el salón se convierte en un lugar ideal para leer, conversar o simplemente apreciar el ambiente acogedor del bistró.
Su ubicación permite descubrir fácilmente los tesoros de la región. A solo 1,5 km, la playa ofrece un terreno ideal para los amantes del surf y quienes disfrutan tomando el sol. El bosque de Chiberta, a dos minutos a pie, invita a hermosas caminatas bajo la sombra de los pinos. Los aficionados al deporte también pueden disfrutar de las numerosas pistas de tenis y campos de golf situados en las cercanías.
A pocos kilómetros, Bayona seduce con su encanto histórico y su animado ambiente. Pasea por sus callejuelas empedradas, descubre la catedral de Santa María y detente en una de las numerosas chocolaterías artesanales. En Biarritz, déjate tentar por un paseo por la Grande Plage antes de visitar el famoso Rocher de la Vierge. Para una excursión más natural, Saint-Jean-de-Luz y sus playas preservadas están a solo veinte minutos en coche.
En cuanto a gastronomía, no faltan las buenas direcciones. Para una cocina vasca auténtica, dirígete a Les Halles du Petit Bayonne, donde los productos locales son los protagonistas. Si buscas una experiencia más refinada, L’Atelier Alexandre Bousquet en Biarritz ofrece una cocina creativa inspirada en los sabores locales. Para un almuerzo con vistas al océano, La Plancha en Bidart es una apuesta segura.
Por la noche, ¿por qué no asistir a un concierto o espectáculo en la Gare du Midi de Biarritz? Si te alojas en verano, las fiestas de Bayona ofrecen una inmersión inolvidable en la cultura vasca con sus animaciones, danzas y cantos tradicionales. Para un ambiente más íntimo, el Blue Cargo te permite disfrutar de un cóctel junto al mar frente al atardecer.
Alojarse en el hotel Fine es elegir un lugar a la vez acogedor y bien situado, donde cada detalle está pensado para una estancia agradable y sin complicaciones. Entre naturaleza, océano y vida local, el lugar seduce tanto por su atmósfera como por su sencillez bien cuidada. Ya sea que vengas para una escala o por varios días, la experiencia promete ser tan revitalizante como enriquecedora.
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